El fruto prohibido
nace en tu boca
y en el color de tu piel
En la playa te veo
lenta y parsimoniosa
mientras caminas y sonríes
bella
a los sones del viento
en el mundo de los horizontes
Es la melodía que se oye
en el gusto del sol
y su paladar de lengua de fuego
justo como vos
lirio de musgo y canela
en el imperio del mar
sublime
a los ojos de la admiración
Poema dedicado a Jem Wolfie